Cuando emprendemos nuevos proyectos profesionales o
personales, siempre es positivo y adaptativo el sentir un grado de ansiedad, puesto
que facilita el desempeño eficaz. Pero en ocasiones la ansiedad se convierte en
un engañoso compañero de vida que trata de tomar todo el protagonismo en
nuestro día a día.
Se suelen dar mucho las frases de “necesito vacaciones”, “me
voy a un balneario”, “quiero contratar servicios de masaje desestresante”, “voy
este fin de semana a una casa rural”,etc. Y es cierto que el ir de vacaciones o
hacer actividades de ocio mejora mucho nuestro estado de ánimo y reduce nuestra
ansiedad (siempre que no sigamos trabajando durante las vacaciones. Atención a
este punto). Sin embargo, es importante el poder conseguir “invertir en reducir
nuestra ansiedad en el día a día” o como yo lo defino “plantearnos planes de
actuación low cost para reducir la
ansiedad”.
Con esto quiero decir que no es operativo el tener que
llegar al límite de “huir” para poder reducir nuestros picos de ansiedad.
Puesto que nos acostumbramos a rebosar dichos límites, hasta el punto en que
llegamos a desarrollar enfermedades psicosomáticas corriendo el riesgo de
cronificarlas. Con lo cual, el momento en el que explotamos de ansiedad y
estrés es el marcador que nos guía para decidir cuándo me voy de vacaciones.
Hoy me gustaría destacar algunas rutinas de “higiene contra
la ansiedad” que, aunque parecen obvias, suponen un bajo costo con unos
resultados mucho más efectivos a largo plazo:
-
Compromiso
“horas de sueño”. Todos tenemos un umbral de horas de sueño, por debajo de
la cual se ve perjudicado nuestro organismo y su funcionamiento. Si somos
conscientes de cuántas horas necesito para poder rendir, y nos ponemos un compromiso
de en qué rango horario voy a ir a la cama, ayudaremos a inducir unos hábitos
de descanso.
-
Compromiso
“no trabajo/hago actividades que me aceleren después de cierta hora”. Si
realmente cuantificamos cuándo paro la actividad que me mantiene energetizado,
facilitaremos la inducción a la relajación.
-
Compromiso
“ejercicio semanal”. Crear hábitos de ejercicio semanal nos proporciona
mejores condiciones de descanso. Cuantifica qué días y en qué horario vas hacer
una actividad física y, recuerda, nunca en el rango de 2 horas antes de dormir.
-
Compromiso
“ceno poco y temprano”. En España no estamos muy habituados a las cenas
tempranas, tal y como ocurre en el norte de Europa. Sin embargo, el cenar más
de dos horas antes de dormir y en pequeña cantidad, facilita el descanso.
-
Compromiso
“me premiaré”. Cuando hemos tenido un día bueno y hemos conseguido los
hitos propuestos con creces, cuando hemos conseguido alguno de los compromisos
de higiene contra la ansiedad (anteriormente mencionados), o cualquier otro logro
que consideremos oportuno, solemos pasarlo por alto y nos olvidamos de
otorgarnos “premios”. Un premio no tiene por qué suponer algo material, pero sí
un “hoy me doy la tarde libre para ir a dar un paseo”, “hoy me tomo un refresco
en el parque y tomo el sol”, “hoy voy a comer un trozo de chocolate”, “hoy voy
a darme la tarde para ver esa película que tan buena pinta tiene”, etc. Lo
importante es ser conscientes de que nos premiamos y por qué lo estamos
haciendo. A veces esperamos que sean otros los que nos den dichos premios, o
una “palmada en la espalda” de reconocimiento. ¿Por qué nos privamos de este
privilegio?
-
Practica
técnicas de relajación que te ofrece la red. Existen páginas de internet
que ofrecen audios de relajaciones guiadas con música muy agradable que puedes
experimentar en casa. Solemos creer muy poco en el poder de la música y la
palabra, pero quienes lo experimentan repiten, y no es preciso contratar los
costosos servicios de un balneario. ¿Por qué no lo acompañas después con un
baño relajante en tu casa?
-
“Mantras”
positivos. Somos seres condicionables, y tendemos a creernos a pies juntillas lo que nos decimos
mentalmente a nosotros mismos (consciente e inconscientemente), como por
ejemplo: “no soy capaz, no soy capaz, no soy capaz”. Está demostrado que
utilizar habitualmente palabras o frases con alta carga negativa, crea
resultados negativos en nuestro organismo. Te sugerimos que lo sustituyas
explícitamente por la frase “soy capaz, me siento bien y fuerte. Soy capaz, me
siento bien y fuerte. Soy capaz, me siento bien y fuerte”. Los mantras son frases que se repiten para
crear un resultado positivo y terapéutico en la persona. Se utilizan en los
rezos Budistas. Te animamos a que adaptes este concepto a tu cultura creando
tus propios mantras, tal y como te hemos mostrado en el ejemplo anterior.
-
Compromiso
“tómate un minuto diario para conectarte con tu parte física”. Muchas veces
vamos tan rápido por la vida que nos olvidamos de sentir cómo está
nuestro cuerpo, qué dolores o tensiones se manifiestan. Tómate un minuto para
cerrar los ojos (en el baño de tu oficina, en el parque dando un paseo, en tu
sofá, etc.) y percibe dónde tienes tensiones, dolores, si tienes taquicardias,
temblores. ¿cuál es tu estado físico general en el día de hoy? Se ha demostrado
que, cuando somos conscientes y localizamos cualquier alteración física, se
suele reducir dicha dolencia. Así mismo,
acompáñalo de: Respiración profunda 3 veces si siento temblores y taquicardias
por estrés, estiramientos de espalda, cuello, brazos, piernas si siento que
están doloridos o contracturados, etc. Todos estos compromisos son
pequeñas herramientas para darnos cuenta
de cuál es nuestra necesidad actual, la que nos pide nuestro cuerpo aquí y
ahora. Si somos congruentes con respecto a lo que sentimos y hacemos, la
ansiedad se reduce en gran medida. Y, sobre todo, si somos conscientes de los
hábitos que nuestro cuerpo necesita y de lo que no le estamos proporcionando,
será mucho más automático y sencillo el comenzar a poner en práctica conductas
más saludables sin experimentar que sólo estaremos bien cuando podamos huir de
todo en nuestro periodo vacacional.
Recomendamos:
-
Relajación
guiada de Jacobson (puedes buscar diversos videos+audios en YouTube)
-
Libro de
la semana: “Darse Cuenta”. Autor: John Stevens. Editorial: Cuatro Vientos.